Alemania planea un aumento de las pensiones de alrededor del 3.7% para 2026.

by VivimosEnDE
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Se prevé que los más de 21 millones de pensionistas alemanes reciban un aumento considerable en sus pensiones en 2026, ya que el gobierno anticipa otro incremento significativo. Según el borrador del Informe de Seguros de Pensiones de 2025, las pensiones podrían aumentar alrededor de un 3.7 % a partir del 1 de julio de 2026. Si bien la cifra final dependerá de los datos de crecimiento salarial de principios del próximo año, las proyecciones ya apuntan a un aumento superior a la tasa de inflación prevista para el país.

El gobierno prevé un sólido crecimiento de las pensiones

El borrador del informe del Ministerio Federal de Trabajo estima que las pensiones aumentarán aproximadamente un 3.73 % en 2026, superando la inflación prevista de alrededor del 2 %. Esto se sumaría al aumento del 3.74 % concedido en 2025, lo que proporcionaría un alivio continuo a los pensionistas que afrontan un mayor coste de la vida. El ajuste definitivo se confirmará en la primavera de 2026, una vez que se disponga de los datos completos sobre la evolución salarial a partir de 2025.

Los cálculos indican que la tasa de cotización al seguro obligatorio de pensiones puede mantenerse estable en el 18.6 % durante varios años, más de lo previsto anteriormente. Se espera un aumento al 19.8 % solo en 2028, con incrementos graduales proyectados a partir de entonces: 20.1 % para 2030 y 21.2 % para 2039. Estimaciones anteriores sugerían que las cotizaciones podrían tener que aumentar ya en 2027.

La ministra federal de Trabajo, Bärbel Bas, remitió el borrador del informe a otros ministerios para su revisión. Las proyecciones también tienen en cuenta el impacto fiscal del nuevo paquete de pensiones del gobierno, que sigue siendo objeto de debate entre los socios de la coalición y aún no ha sido aprobado por el Bundestag.

Factores que explican el aumento de las pensiones en 2026

La magnitud del ajuste de las pensiones de 2026 dependerá principalmente de la evolución salarial a lo largo de 2025. Los datos preliminares de los dos primeros trimestres del año indican un crecimiento sólido: los salarios nominales aumentaron un 3.6 % en el primer trimestre y un 4.1 % en el segundo, en comparación con los mismos periodos de 2024. Ajustados por la inflación, los salarios reales aumentaron un 1.2 % y un 1.9 %, respectivamente. Se prevé que las cifras del tercer trimestre se publiquen en noviembre.

El Informe sobre el Seguro de Pensiones sugiere que, a largo plazo, las pensiones podrían crecer alrededor de un 42 % entre 2024 y 2038 si se mantienen las tendencias actuales. Tras el aumento del 3.7 % en 2026, se prevén nuevos ajustes en los años siguientes, con un posible incremento del 4.18 % en 2027. Los años posteriores podrían registrar aumentos menores pero constantes: un 2.35 % en 2028, un 2.85 % en 2029 y un 2.82 % en 2030.

Esta tendencia alcista constante permitiría que las pensiones se mantuvieran por encima de la inflación, siempre que el crecimiento salarial siga siendo positivo. Sin embargo, las incertidumbres económicas, como las fluctuaciones en el empleo y la productividad, aún podrían afectar los resultados finales.

El paquete de pensiones amplía la estabilidad y el apoyo a las familias.

Un elemento central de la reforma de pensiones pendiente es la extensión de la “línea de estabilidad”, que garantiza que el nivel de las pensiones no caerá por debajo del 48 por ciento del salario medio hasta al menos el 1 de julio de 2031. Esta salvaguarda asegura que los jubilados continúen recibiendo pensiones que aumenten en línea con la evolución general de los salarios, protegiéndolos de la pérdida de poder adquisitivo.

Otra medida importante de la reforma es la mejora para los padres de niños nacidos antes de 1992. A partir de 2027, recibirán tres años de reconocimiento de la crianza de los hijos en lugar de los dos años y medio actuales. Se espera que este cambio beneficie especialmente a las mujeres, que están sobrerrepresentadas en este grupo de pensionistas.

Los cálculos del Ministerio muestran que mantener el nivel de pensiones en el 48 % hará que las pensiones en 2031 sean aproximadamente un 1.9 % superiores a las que habrían sido sin la reforma. Los partidarios del plan argumentan que esta estabilidad es vital para la equidad social, mientras que los críticos —en particular los legisladores más jóvenes del bloque conservador— advierten sobre la presión financiera a largo plazo que sufrirá el sistema.

Impacto en los impuestos y las contribuciones sociales

El aumento previsto de las pensiones aliviará económicamente a muchos jubilados, pero también significa que algunos pasarán a estar sujetos al impuesto sobre la renta en 2026. Las personas cuyos ingresos anuales totales superen la deducción básica libre de impuestos —fijada en 12,348 euros para solteros y 24,696 euros para parejas casadas— deberán presentar una declaración de la renta.

Al mismo tiempo, las cotizaciones a los seguros de salud y de dependencia siguen siendo un factor clave para los ingresos netos de los jubilados. La cotización obligatoria al seguro de salud es del 7.3 %, más la mitad de la tasa de cotización adicional promedio del 2.5 %. El Ministerio Federal de Salud anunciará a finales de 2025 cómo cambiará esta tasa en 2026. En cuanto al seguro de dependencia, la cotización actual es del 3.6 %, y los pensionistas sin hijos pagan un 0.6 % adicional. Cualquier ajuste a esta tasa se decidirá en diciembre de 2025.

Una perspectiva más amplia para la estabilidad de las pensiones

En general, las proyecciones apuntan a un período de relativa estabilidad para el sistema de pensiones alemán. Tanto la evolución salarial como la solidez del mercado laboral siguen respaldando la financiación sostenible del sistema estatal de pensiones. La política actual del gobierno busca equilibrar las necesidades de los jubilados con la carga financiera para los futuros contribuyentes, garantizando así la solvencia del fondo de pensiones sin incrementos excesivos de las cotizaciones.

Sin embargo, las presiones demográficas a largo plazo siguen representando un desafío. Con una población que envejece y un menor número de trabajadores que se incorporan al sistema, es probable que la necesidad de reformas —como la extensión de la vida laboral, el fomento del ahorro privado y la optimización de las estructuras de cotización— aumente durante la próxima década.

Por ahora, el aumento previsto de las pensiones en torno al 3.7 por ciento para 2026 supone otro año de noticias positivas para los pensionistas, ya que proporciona una mejora tangible del poder adquisitivo tras varios años de presión inflacionista.

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