Alemania se enfrenta a un aumento de las cotizaciones sociales

by VivimosEnDE
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La mitad de los ingresos brutos podría pronto destinarse a la Seguridad Social

Alemania se acerca a un punto de inflexión en la financiación de su bienestar social. Los expertos advierten que las cotizaciones sociales podrían superar pronto el 50 % del salario bruto. El economista Martin Werding, miembro del Consejo Alemán de Expertos Económicos, ha llamado la atención nacional al afirmar que ya no se trata de si se superará el umbral del 50 %, sino de cuándo. Sus proyecciones, junto con las de varios institutos económicos, indican que la tasa total de cotización podría alcanzar entre el 46 % y el 54 % para 2035.

El fuerte aumento se debe a cambios demográficos a largo plazo, el envejecimiento de la población y la ampliación de las obligaciones en materia de atención médica, pensiones y cuidados de larga duración. Sin reformas importantes, el aumento de los costos seguirá afectando tanto a trabajadores como a empleadores, aumentando la presión sobre los salarios, la competitividad económica y las finanzas públicas.

Aumento de los costos en los sistemas de salud y atención

Los aumentos más significativos se observan actualmente en los seguros de salud y de dependencia. A mediados de la década de 1990, las cotizaciones al seguro médico obligatorio rondaban el 14.2 %. Hoy en día, han alcanzado el 17.5 % en muchos casos. La situación es similar en los cuidados de dependencia, donde la tasa de cotización se ha triplicado desde 1995. Los padres pagan ahora el 3.6 %, mientras que las personas sin hijos pagan el 4.2 %. Se prevé un nuevo aumento, hasta alcanzar casi el 4.7 % en los próximos años.

Este aumento de los gastos no son solo cifras, sino que se traduce en una presión real sobre los salarios mensuales. Los empleadores también se ven afectados, ya que deben igualar las contribuciones de los empleados. Esto incrementa los costos laborales y reduce la competitividad de Alemania, especialmente en los sectores de exportación.

El gasto en salud continúa creciendo a un ritmo mayor que los ingresos, debido principalmente al aumento de la demanda y a las ineficiencias estructurales. Si bien los funcionarios gubernamentales han considerado estabilizar el sistema con préstamos temporales, los expertos argumentan que estas medidas solo retrasan reformas más profundas. Según los economistas, las soluciones deben incluir la reestructuración hospitalaria, la adaptación de los servicios de urgencias, una mejor infraestructura digital y un uso más eficiente del personal médico.

Las pensiones también bajo presión

El sistema de pensiones alemán, considerado estable durante mucho tiempo, está en vías de experimentar aumentos sustanciales en las contribuciones. Durante años, la tasa de pensión se mantuvo estable en el 18.6 %. Sin embargo, esa cifra podría aumentar al 20 % para 2028. Esto marcaría el nivel más alto en décadas y refleja tanto un aumento en el número de jubilados como decisiones políticas generosas, como la expansión de la llamada "pensión de madre" y la suspensión de las salvaguardias de sostenibilidad.

Los efectos se sentirán a lo largo de las generaciones. La promesa del gobierno de mantener un nivel mínimo de pensión del 48 % reduce aún más la flexibilidad para reaccionar ante los desafíos demográficos. Los críticos afirman que estas decisiones ignoran la estabilidad de costos a largo plazo y trasladan la carga injustamente a los futuros contribuyentes.

Los pronósticos a largo plazo apuntan a una escalada

Las proyecciones de grupos de investigación independientes respaldan las advertencias de Werding. Un estudio realizado en 2023 por el Instituto IGES estimó que las contribuciones totales podrían aumentar al 48.6 % para 2035. Otro análisis de Prognos incluso consideró el peor escenario posible, un 55.5 % para 2040, suponiendo que no se produzcan cambios en las políticas y que la presión económica continúe. Estas cifras no son especulativas; ilustran lo que ocurrirá si las tendencias actuales se mantienen sin una corrección significativa.

Estos niveles de contribución no son solo preocupaciones teóricas. De materializarse, afectarían significativamente la renta disponible de los hogares y reducirían el gasto de consumo. Para los empleadores, el coste de la mano de obra aumentaría drásticamente, lo que probablemente afectaría el crecimiento del empleo y el atractivo de Alemania como destino de negocios.

Se intensifica el debate sobre la reforma

Han surgido propuestas de reforma de diversos sectores, pero aún no se ha adoptado una solución unificada. Elevar el umbral de ingresos para las cotizaciones, conocido como "Beitragsbemessungsgrenze", es una medida que se menciona con frecuencia. Obligaría a las personas con mayores ingresos a pagar más, pero los expertos advierten que solo resuelve parte del problema y podría generar problemas presupuestarios en los estados que emplean a la mayoría de los funcionarios.

Otra opción es ampliar la base de contribuyentes mediante la inclusión de funcionarios y autónomos en el sistema obligatorio. Sin embargo, esto también presenta desafíos legales y financieros. Algunos economistas proponen transferir una mayor proporción de la financiación social a los impuestos, en particular incrementando los subsidios federales con cargo a los ingresos generales, lo que distribuiría los costos de forma más amplia.

Al mismo tiempo, crece la presión para replantear la eficacia y la focalización de los programas de prestaciones actuales. Los críticos argumentan que programas como la pensión maternal extendida, si bien son políticamente populares, podrían no ser la forma más eficiente de utilizar recursos limitados.

No hay una solución fácil a la vista

Muchos coinciden en que las reformas son necesarias, pero ninguna está exenta de contrapartidas. Reducir la capacidad hospitalaria, aumentar los copagos para los pacientes, establecer límites a los honorarios médicos o recortar servicios son temas que se están considerando, pero siguen siendo políticamente delicados. Los expertos enfatizan que el alivio a corto plazo a menudo requiere decisiones impopulares, como reducir las prestaciones o aumentar los gastos de bolsillo, antes de que se puedan lograr ahorros a largo plazo.

Las tendencias demográficas de Alemania, combinadas con las altas expectativas de los programas sociales, han creado un desequilibrio estructural que no puede corregirse con pequeños ajustes. Sin un claro compromiso político con la reforma, es cada vez más probable que los aumentos previstos en las cotizaciones se hagan realidad.

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