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Alemania enfrenta una profunda división por la expansión del software policial de Palantir

by VivimosEnDE
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El impulso nacional a una plataforma de datos unificada genera controversia

Alemania está entrando en una nueva fase en el debate sobre la policía digital, ya que las autoridades federales y estatales están considerando la adopción de la controvertida plataforma estadounidense de análisis de datos Palantir. Una resolución del Bundesrat exigió recientemente la implantación centralizada de un sistema de datos unificado para ayudar a las fuerzas policiales de todo el país. Si bien la resolución evita nombrar directamente el software, refleja fielmente la estructura y las funciones de las implementaciones de Palantir en varios estados alemanes.

La tecnología de Palantir permite a la policía conectar datos complejos de múltiples bases de datos para identificar sospechosos, descubrir redes ocultas y rastrear patrones de comportamiento. Quienes la apoyan argumentan que mejora significativamente la capacidad de investigación y podría salvar vidas en situaciones de amenaza urgente. Sin embargo, quienes la critican advierten que su uso plantea graves problemas constitucionales y éticos, especialmente cuando se aplica a la aplicación cotidiana de la ley y a la vigilancia predictiva.

El uso a nivel estatal se expande a pesar de las sentencias judiciales

La plataforma de Palantir, comercializada en Baviera bajo el nombre local "Vera", entró en servicio tras un periodo de prueba y una revisión legal de la legislación policial estatal. Hesse y Renania del Norte-Westfalia también han implementado el sistema. A pesar de su creciente adopción, los tribunales alemanes han declarado inconstitucionales en dos ocasiones partes de la implementación, alegando insuficiente protección de la privacidad individual.

Según los críticos, incluyendo funcionarios de protección de datos y juristas, el software crea el riesgo de vigilancia masiva. Solo en Hesse, Palantir supuestamente procesaba datos personales de bases de datos de las fuerzas del orden miles de veces al año, en ocasiones evaluando registros de hasta 30 millones de personas. Estos incluyen no solo sospechosos, sino también testigos y delincuentes menores. Argumentan que la frecuencia del análisis automatizado convierte a millones de ciudadanos en perfiles digitales revisados ​​varias veces al día.

El Gobierno duda ante la creciente preocupación por la soberanía tecnológica

Si bien Baviera y otros estados de mayoría conservadora respaldan el uso de Palantir, las autoridades federales se han mostrado más cautelosas. La exministra del Interior Nancy Faeser se había opuesto a la integración de Palantir en los sistemas nacionales, abogando en cambio por una plataforma soberana de desarrollo europeo. Un software sustituto, conocido internamente como "Programm P20", sigue en desarrollo, pero el progreso ha sido lento y persisten las dudas sobre si podrá cumplir con los mismos estándares analíticos.

El ministro del Interior, Alexander Dobrindt, no ha descartado el uso de Palantir a nivel federal. En respuesta a una consulta parlamentaria, su ministerio confirmó que la decisión aún estaba pendiente. Sin embargo, la respuesta enfatizó la necesidad de considerar la "soberanía digital" antes de firmar cualquier acuerdo con una empresa estadounidense. Este comentario sugiere división interna y dudas ante la presión de varios estados para adoptar una plataforma unificada de inmediato.

La influencia de Peter Thiel proyecta una larga sombra

Los orígenes y el liderazgo de Palantir siguen alimentando la oposición política en Alemania. Su cofundador, Peter Thiel, prominente multimillonario estadounidense y firme defensor de modelos de gobierno autoritarios, mantiene estrechos vínculos con el expresidente estadounidense Donald Trump y sigue siendo una voz influyente en los círculos tecnológicos conservadores estadounidenses. Legisladores alemanes del Partido Verde y organismos de protección de la privacidad argumentan que tales afiliaciones plantean riesgos inaceptables, especialmente cuando datos nacionales sensibles pueden ser procesados ​​por tecnología controlada desde el extranjero.

El diputado del Partido Verde, Konstantin von Notz, ha instado al gobierno federal a rechazar por completo a Palantir, advirtiendo que externalizar el análisis policial a una empresa con motivaciones políticas vinculadas al ecosistema de Trump socava la autonomía alemana. Aboga por un laboratorio de investigación estatal que pueda desarrollar sistemas de inteligencia artificial personalizados, adaptados a los marcos legales y a las necesidades de las fuerzas del orden nacionales.

Eficiencia versus libertades civiles: un dilema nacional

Quienes apoyan Palantir destacan sus ventajas operativas. Sindicatos policiales y agencias estatales han descrito el software como una de las pocas herramientas actualmente capaces de convertir datos fragmentados en pistas útiles. Ayuda a los investigadores a vincular nombres, direcciones, vehículos y registros de comunicación a una velocidad que los sistemas tradicionales no pueden igualar. Algunos funcionarios argumentan que, sin plataformas como Palantir, las investigaciones sobre trata de personas, terrorismo y crimen organizado se retrasan u obstruyen innecesariamente.

Los detractores se centran en la falta de transparencia en el procesamiento de datos por parte de los algoritmos de Palantir. Según expertos legales, incluso los funcionarios que utilizan el software podrían no comprender del todo cómo se establecen ciertas conexiones o qué puntos de datos activan alertas específicas. Los críticos temen que esta opacidad pueda dar lugar a prácticas discriminatorias o a un uso indebido, especialmente si el software se extiende a nivel nacional sin garantías parlamentarias.

El profesor Tobias Singelnstein, de la Universidad Goethe, uno de los demandantes en los recursos de amparo constitucionales, advierte que el uso incontrolado de herramientas de análisis algorítmico podría socavar la base jurídica de la vigilancia democrática. Argumenta que los derechos fundamentales exigen límites estrictos sobre qué datos se procesan, quién los procesa y en qué circunstancias. Sin normas estrictas y una supervisión independiente, incluso la integración de datos bienintencionada puede convertirse en una infraestructura de vigilancia permanente.

Singelnstein añade que, a diferencia de las series de ficción policial, la policía alemana trabaja con sistemas informáticos obsoletos que no se comunican bien entre jurisdicciones. Si bien las plataformas integradas podrían resolver esto, afirma, no deben comprometer los derechos fundamentales.

La confianza pública en las plataformas con sede en EE. UU. sigue siendo baja

A pesar de las afirmaciones de las autoridades bávaras de que el sistema VeRA está alojado en una infraestructura local sin acceso remoto, persisten las dudas. Los expertos en seguridad informática destacan repetidamente la dificultad de descartar puertas traseras en software altamente complejo, especialmente cuando el código fuente sigue siendo propietario y cerrado. En una época de mayor incertidumbre geopolítica y creciente escepticismo hacia las empresas tecnológicas estadounidenses, muchos alemanes se resisten a confiar ciegamente en ellas.

El debate sobre Palantir refleja una tensión europea más amplia: cómo modernizar los servicios de seguridad sin comprometer los principios legales. Mientras el gobierno federal delibera, el país sigue dividido entre los llamados a la acción inmediata para unificar las herramientas policiales y el temor de que la eficiencia pueda ir en detrimento de la rendición de cuentas democrática.

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