Los ministros exigen medidas ante la falta de puntualidad en los trenes
Un número creciente de funcionarios federales y estatales alemanes expresa su alarma por el deterioro del rendimiento de la red ferroviaria del país, en particular los servicios de larga distancia operados por Deutsche Bahn (DB). Tras un año de crecientes retrasos, problemas de infraestructura y frustración ciudadana, tanto los gobiernos federales como los regionales presionan para lograr mejoras rápidas y tangibles.
El ministro federal de Transporte, Patrick Schnieder (CDU), calificó de "inaceptables" los índices actuales de puntualidad, del 60 al 65 % en los viajes de larga distancia, y dejó claro que este nivel de servicio no podía mantenerse. En una entrevista, Schnieder afirmó que los objetivos superiores al 80 % deben convertirse en el nuevo estándar mínimo. Enfatizó que los problemas van más allá de la puntualidad, señalando también la limpieza y la seguridad como áreas de mejora importantes.
Presión a nivel estatal y servicios regionales deficientes
Haciéndose eco de las críticas federales, Grant Hendrik Tonne, ministro de Transporte de Baja Sajonia, criticó duramente el estado de los servicios ferroviarios regionales y de larga distancia. Calificó las recientes estadísticas de puntualidad como "valores extremadamente bajos" y exigió que la infraestructura existente se utilice de forma más eficiente en lugar de depender de planes de expansión a largo plazo. Tonne solicitó inversiones inmediatas para aumentar la capacidad, en particular en las rutas congestionadas entre Hannover y Hamburgo, así como en Rotemburgo y Verden. Estas mejoras, argumentó, son esenciales para restablecer la fiabilidad y hacer que los viajes en tren vuelvan a ser atractivos.
Tonne rechazó la explicación que suele citar Deutsche Bahn —que la infraestructura obsoleta y la capacidad ferroviaria limitada son las culpables—, insistiendo en que estas condiciones no justifican suficientemente la persistencia de un servicio deficiente. Según él, la planificación debe reflejar la realidad actual de la red y los cuellos de botella de capacidad deben abordarse con urgencia.
Los proyectos de infraestructura traen problemas a corto plazo
Las críticas surgen en un momento en que el sistema ferroviario se somete a un programa de renovación multimillonario que abarca 40 de los llamados "corredores de alto rendimiento". La iniciativa pretende modernizar las rutas ferroviarias principales, pero el propio proceso está generando más interrupciones. La ruta de Riedbahn a Fráncfort, por ejemplo, ya ha sido una fuente importante de retrasos debido a las extensas obras de reparación.
El ministro Schnieder reconoció que esta fase de inversión seguiría sometiendo a presión al sistema a corto plazo, pero insistió en que el objetivo a largo plazo era una red ferroviaria mucho más fiable y moderna. Sin embargo, dado que se prevé que la renovación completa se prolongue hasta 2035 —cuatro años más de lo previsto inicialmente—, crece la preocupación sobre la resiliencia del sistema actual durante este prolongado período de construcción.
Las interrupciones del fin de semana ponen de relieve los problemas actuales
Mientras continúa la planificación a largo plazo, los usuarios del tren se enfrentan a frecuentes e impredecibles interrupciones del servicio. Durante el fin de semana, un importante corte de electricidad afectó a la red de S-Bahn de Berlín entre Gesundbrunnen y Nordbahnhof. Varias líneas, incluidas las S1, S2 y S25, sufrieron retrasos o incluso la suspensión total del servicio. En un momento dado, el servicio en la zona afectada se interrumpió por completo.
Los técnicos trabajaron con urgencia para restablecer el suministro eléctrico, y se recomendó a los pasajeros que cambiaran a servicios de transporte alternativos operados por la BVG. No se informó de un plazo para la restauración total del servicio, lo que dejó a los pasajeros sin opciones claras durante gran parte del día.
Deutsche Bahn se enfrenta a cuestiones de liderazgo
A medida que el rendimiento continúa decayendo, crece la especulación sobre el futuro de la dirección de Deutsche Bahn. El ministro de Transporte, Schnieder, insinuó que las decisiones de personal podrían tomarse durante los meses de verano, señalando específicamente julio y agosto como el plazo para un posible cambio en la cúpula directiva. El actual director ejecutivo, Richard Lutz, ha sido objeto de escrutinio, pero aún no se ha anunciado una decisión oficial.
Schnieder dejó claro que reformar el sistema es una tarea compleja que no se resolverá rápidamente. Enfatizó la necesidad de comprender plenamente las complejidades de la estructura de DB antes de implementar cambios radicales. No obstante, la posibilidad de un reemplazo de liderazgo es inminente a medida que aumenta la presión para demostrar responsabilidad.
No hay planes inmediatos para los peajes de las autopistas
Paralelamente al enfoque en el ferrocarril, el ministro Schnieder descartó la introducción de un nuevo sistema de peaje para vehículos privados en las autopistas alemanas, al menos por ahora. Si bien reconoció que el tema sigue siendo políticamente delicado, afirmó que el gobierno cuenta actualmente con suficientes recursos financieros a través de fondos especiales y no planea implementar un sistema de peaje a corto plazo.
La confianza pública continúa erosionándose
La última ronda de críticas se suma a la creciente lista de preocupaciones en torno a los ferrocarriles nacionales alemanes. A pesar de las promesas de inversión récord, los viajeros se enfrentan a retrasos constantes, trenes abarrotados y un servicio deficiente. Con proyectos de infraestructura que se prolongarán otra década, el éxito de la renovación ferroviaria alemana depende en gran medida de soluciones provisionales, mejoras en tiempo real y una gestión decisiva.
Queda por ver si las demandas federales y estatales se traducirán en cambios reales en las operaciones diarias. Pero con el creciente escrutinio político y la paciencia pública agotada, Deutsche Bahn y sus directivos se encuentran ahora bajo una presión constante para revertir la tendencia de declive.