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Merz impulsa una reforma económica y se enfrenta a la resistencia laboral

by VivimosEnDE
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El nuevo plan económico apunta al crecimiento mediante la desregulación

El gobierno federal alemán ha presentado una amplia agenda económica de nueve puntos destinada a sacar al país de una prolongada desaceleración industrial. El canciller Friedrich Merz (CDU) y el ministro de Finanzas, Lars Klingbeil (SPD), presentaron el plan durante el "Día de la Industria Alemana", una reunión clave entre líderes políticos y representantes empresariales. Las medidas incluyen importantes desgravaciones fiscales para las empresas, inversiones en infraestructuras, menores costes energéticos y una reducción de la burocracia. Una característica central es la controvertida iniciativa para sustituir la jornada laboral tradicional de ocho horas por un límite semanal flexible de horas de trabajo.

El plan busca generar impulso tras años de baja productividad. Según las previsiones económicas, el producto interior bruto de Alemania podría superar ligeramente el crecimiento cero en 2025. El gobierno espera que la combinación de inversiones específicas con reformas regulatorias revierta este estancamiento y restablezca la competitividad en los mercados globales.

Jornada de ocho horas bajo fuego

Entre las propuestas más polémicas se encuentra la eliminación del límite de ocho horas de trabajo diario, piedra angular de la legislación laboral alemana durante décadas. En su lugar, el gobierno propone establecer un máximo semanal, lo que permitiría una mayor flexibilidad horaria. Quienes apoyan la propuesta argumentan que estos cambios podrían aumentar la eficiencia y adaptarse mejor a las necesidades empresariales modernas.

Sin embargo, ha surgido una fuerte oposición por parte de los consejos de trabajadores y los sindicatos, especialmente en el norte de Alemania. Una encuesta realizada por el distrito de IG Metall Küste, en la que participaron 418 presidentes de comités de empresa que representan a unos 200,000 empleados, reveló que casi el 90 % rechaza la eliminación del límite diario, ya sea por completo o por considerarlo innecesario. Esta resistencia se basa en la preocupación por la erosión de las protecciones laborales, el aumento de los niveles de estrés y la posible disminución de los derechos laborales.

A pesar de ello, muchos lugares de trabajo ya operan con horarios flexibles. El estudio de IG Metall muestra que tres de cada cuatro empresas ya implementan horarios flexibles, y casi dos tercios permiten jornadas laborales regulares de hasta diez horas. Sin embargo, los representantes sindicales argumentan que esta flexibilidad se logra mejor mediante convenios colectivos que mediante la desregulación legislativa.

¿Ampliar las horas de trabajo o evitar los problemas reales?

Los críticos de las reformas laborales del gobierno sugieren que el enfoque en la flexibilidad desvía la atención de los desafíos estructurales más profundos. El líder del distrito de IG Metall Küste, Daniel Friedrich, afirmó que, si bien los trabajadores en Alemania ya se esfuerzan considerablemente, el menor tiempo de trabajo promedio por persona se debe a una alta proporción de empleos a tiempo parcial, especialmente entre las mujeres.

Friedrich enfatizó que las verdaderas ganancias de productividad no provendrán de la flexibilización de las protecciones laborales, sino de la inversión pública en innovación, infraestructura digital y política industrial. Instó al gobierno a apoyar la creación de valor en Alemania y Europa en lugar de delegar la responsabilidad en los trabajadores.

Recortes de impuestos corporativos y facturas de energía reducidas

El plan económico incluye recortes de impuestos corporativos que entrarán en vigor el 1 de julio de 2025. Si bien la propuesta ya fue aprobada por el gabinete, las negociaciones están en curso con los gobiernos estatales, que se espera que pierdan un total de 30 mil millones de euros en ingresos fiscales para 2029. Los municipios están solicitando una compensación financiera.

Para reducir los costos operativos, el gobierno también planea abolir el impuesto al almacenamiento de gas para los consumidores, transfiriendo su financiación al Fondo para el Clima y la Transformación (KTF). Paralelamente, se espera una disminución en las facturas de electricidad gracias a la reducción del impuesto a la electricidad. Estas medidas buscan aliviar la presión inflacionaria y aumentar el poder adquisitivo antes del receso de verano.

Compromisos para reducir la burocracia y apoyar a las empresas emergentes

El canciller Merz también se centra en la reforma regulatoria. Una de las propuestas principales es la eliminación de la ley de la cadena de suministro, que exige una estricta diligencia debida en materia de derechos humanos para las empresas alemanas que operan en el extranjero. Merz considera esto un símbolo del problema generalizado de la sobrerregulación y planea nuevas medidas para reducir las cargas burocráticas.

Mientras tanto, el gobierno quiere impulsar los sectores tecnológico y de investigación. Se ha creado un nuevo ministerio para asuntos digitales e innovación, con 150 nuevos puestos previstos. Ya se están llevando a cabo iniciativas legislativas para acelerar la expansión de la banda ancha mediante cambios en la Ley de Telecomunicaciones.

El apoyo a las startups también está incluido en la agenda. El programa WIN (Capital para el Crecimiento y la Innovación) duplicará su financiación actual, con el objetivo de convertir a Alemania en un entorno más atractivo para el emprendimiento.

Coordinación franco-alemana de política económica

Otro elemento clave del plan implica una coordinación más estrecha con Francia en materia económica. El canciller Merz y el presidente francés, Emmanuel Macron, están trabajando en un marco conjunto para alinear sus estrategias económicas europeas, en particular en respuesta a la evolución de las políticas en Estados Unidos y China. Esta iniciativa refleja un esfuerzo por fortalecer la base industrial europea y proteger a sectores críticos de la dependencia externa.

El plan se basa en el legado del Tratado del Elíseo y la continua cooperación bilateral, que históricamente ha sustentado las políticas más ambiciosas de la Unión Europea. También se alinea con objetivos a largo plazo como estándares digitales mutuos, marcos energéticos compartidos y proyectos conjuntos de infraestructura.

Los líderes empresariales muestran un optimismo cauteloso

Peter Leibinger, presidente de la Federación de Industrias Alemanas (BDI), celebró la iniciativa, describiéndola como una señal de que el gobierno finalmente se está tomando en serio las preocupaciones de la industria. Tras un prolongado período de pesimismo, observó indicios de un cambio de actitud en el sector empresarial.

Leibinger reconoció que la nueva estrategia aborda las prioridades correctas, como la reducción de impuestos, la infraestructura y la reducción de la regulación. Subrayó que un enfoque transparente y colaborativo entre el gobierno y la industria es clave para restablecer la confianza e impulsar una recuperación económica sostenida.

Mientras el gabinete se prepara para formalizar partes de la agenda junto con el presupuesto de 2025, la atención se centrará en la rapidez y eficacia con la que se puedan implementar estas reformas. Por ahora, Alemania se encuentra en una encrucijada: equilibrar los derechos laborales con la revitalización económica, y las tradiciones locales con las presiones de una economía globalizada.

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