En su primera conversación directa desde que asumió el cargo, el canciller alemán Friedrich Merz y el presidente estadounidense Donald Trump se comprometieron a reparar las tensas relaciones comerciales e intensificar la cooperación para poner fin a la guerra en Ucrania. La llamada telefónica de 30 minutos, descrita por fuentes cercanas al gobierno como "extraordinariamente positiva y cortés", tuvo lugar apenas dos días después de la investidura de Merz como canciller y ya ha marcado la pauta para una recalibración de las relaciones transatlánticas.
Ambos líderes coincidieron en la urgencia de resolver las disputas comerciales entre Estados Unidos y la Unión Europea, y expresaron también su deseo común de trabajar por un alto el fuego en Ucrania. La conversación, celebrada el jueves por la noche, fue el primer contacto oficial entre ambos líderes.
Un llamado enmarcado por la urgencia y el simbolismo
El presidente Trump felicitó a Merz por su reciente elección y toma de posesión. Merz respondió destacando la duradera alianza entre Alemania y Estados Unidos, afirmando que, incluso 80 años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos sigue siendo un "amigo y socio vital" para Alemania.
El canciller Merz aprovechó la oportunidad para subrayar la necesidad de intensificar el diálogo y propuso visitas recíprocas. Invitó personalmente a Trump a Alemania, mencionando las raíces ancestrales del presidente en Kallstadt, ciudad de Renania-Palatinado. Según informes, Trump expresó interés en dicha visita, ya que solo había estado en Alemania para la cumbre del G2017 de 20 y breves visitas a la base aérea de Ramstein. Trump, a su vez, extendió una invitación a Merz para visitar Washington. El líder alemán ya ha manifestado su disposición a viajar a Estados Unidos antes de mediados de junio, antes de las cumbres del G7 y la OTAN.
Poner fin a la guerra en Ucrania: un objetivo común, pero con enfoques diferentes
La mayor parte de la llamada se centró en la guerra en Ucrania. Ambos líderes expresaron su convicción de que los combates deben cesar rápidamente. Según el portavoz del gobierno alemán, Stefan Kornelius, Merz y Trump coincidieron en que Rusia debe aceptar un alto el fuego para que las negociaciones puedan comenzar.
Trump aseguró a la canciller su firme apoyo a las iniciativas de paz europeas, comprometiéndose a colaborar con Alemania, Francia, el Reino Unido, Polonia y otros socios europeos para lograr un acuerdo de paz duradero. A pesar de su coincidencia en el objetivo de poner fin al conflicto, persisten sutiles diferencias estratégicas. Si bien es sabido que Trump favorece presionar a Ucrania para que haga concesiones, Berlín y sus aliados siguen advirtiendo contra cualquier tipo de condiciones de paz impuestas.
En una llamada aparte con el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, el canciller Merz reafirmó el continuo apoyo militar y político de Alemania a Ucrania. Ambos líderes reconocieron la importancia de las iniciativas diplomáticas y aplaudieron la participación de Estados Unidos en la búsqueda de soluciones.
Se vislumbra una desescalada de la disputa comercial, pero persisten desafíos
El segundo tema central de la llamada fue la creciente disputa comercial entre EE. UU. y la UE. Merz y Trump expresaron su compromiso común de resolver el problema con prontitud. El líder alemán instó a un acuerdo más amplio entre la UE y EE. UU. que eliminara los aranceles y ampliara el reconocimiento mutuo de las normas técnicas.
Sin embargo, persisten obstáculos. El mismo día de la llamada, la Comisión Europea anunció su disposición a imponer aranceles de represalia a las exportaciones estadounidenses por un valor de hasta 95 90 millones de euros si no se avanza en las negociaciones en curso. El plazo actual para llegar a un acuerdo está fijado para julio, cuando vence el plazo de XNUMX días ofrecido por Trump a la UE. Si no queda satisfecho con las propuestas europeas, Trump planea introducir nuevos y radicales aranceles de importación que se sumarían a los ya existentes.
A pesar de estas complicaciones, los funcionarios alemanes describieron el tono de la conversación como optimista. Merz dejó claro que debe evitarse una guerra comercial y que la solución reside en ampliar las áreas de reconocimiento mutuo, en particular en materia de tecnología y cumplimiento industrial.
Tensiones de fondo: Fricciones políticas no mencionadas oficialmente
Si bien el comunicado oficial evitó temas polémicos, las tensiones recientes entre Berlín y Washington siguen sin resolverse. Apenas unos días antes de la llamada telefónica, Merz criticó públicamente la supuesta injerencia del gobierno estadounidense en los asuntos internos alemanes. Sus comentarios se refirieron al apoyo estadounidense al partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) y a la objeción de Washington a que la inteligencia alemana clasificara al partido como extremista.
“Me gustaría alentar al gobierno de Estados Unidos a que permita que Alemania gestione su política interna de forma independiente y se abstenga de hacer comentarios partidistas”, afirmó Merz en una entrevista televisada.
Aunque no se planteó durante la llamada, el asunto persiste en el diálogo recién restablecido entre Washington y Berlín. Queda por ver si en futuras reuniones se abordarán estos temas.
Los intereses mutuos impulsan una nueva cooperación
A pesar de las tensiones subyacentes, ambos gobiernos parecen motivados a mantener una relación de trabajo basada en intereses mutuos. La postura pro-transatlántica del canciller Merz y el énfasis del presidente Trump en la negociación podrían ofrecer una vía pragmática para avanzar, al menos en términos económicos y geopolíticos.
El intercambio ya ha dado lugar a planes diplomáticos concretos. Se están preparando visitas de alto nivel y los canales de comunicación entre ambas administraciones ya están activos. Las próximas semanas mostrarán si las intenciones pueden traducirse en avances, en particular en materia de política comercial y el conflicto ucraniano.