Los minoristas reportan un máximo histórico de pérdidas provocadas por robos
El sector minorista alemán se enfrenta a una ola de hurtos sin precedentes, con pérdidas estimadas que alcanzarán los 4.95 millones de euros en 2024, según revela un nuevo estudio del EHI Retail Institute. Esto marca el tercer año consecutivo de pérdidas crecientes, impulsadas principalmente por el hurto. El fuerte aumento de los artículos robados, especialmente por parte de grupos organizados e individuos oportunistas, ha generado una creciente preocupación en el sector y ha renovado la demanda de intervención política.
Miles de millones perdidos a pesar de las inversiones en seguridad
De la pérdida total, 4.2 millones de euros son directamente atribuibles al robo. Esto incluye 2.95 millones de euros robados por clientes, 890 millones de euros por empleados y otros 370 millones de euros por personal de servicios externos, como repartidores. El resto se debe a errores de precios y administrativos.
A pesar de invertir más de 3.1 millones de euros en prevención de robos y seguridad interna —que abarca sistemas de vigilancia, programas de formación, sistemas de etiquetado y despliegue de personal—, el hurto en tiendas continúa minando las ganancias del comercio minorista. De media, alrededor del 0.33 % de los ingresos del comercio minorista se destina actualmente a medidas de seguridad. Estos costes, sumados a los propios bienes robados, incrementan indirectamente los precios de venta al público en aproximadamente un 1.5 % en general.
El robo organizado va en aumento
Uno de los acontecimientos más preocupantes que destaca el informe es el aumento anual del 5% en la delincuencia organizada en el comercio minorista. Aproximadamente un tercio de las pérdidas por hurto en tiendas se deben actualmente a operaciones profesionales que involucran a grupos coordinados. Las tácticas van desde señuelos que distraen al personal hasta individuos que instalan puntos de recogida dentro de las tiendas para su posterior recuperación. Estos equipos suelen atacar productos de alto valor y fáciles de ocultar, como perfumes, ropa de marca, productos electrónicos, licores, maquinillas de afeitar, fórmula infantil y tabaco.
Frank Horst, autor principal del estudio, advierte que los nuevos formatos minoristas podrían estar contribuyendo al problema. Las cajas de autopago, cada vez más comunes, se han vinculado a un aumento de las pérdidas. Casi la mitad de los minoristas que las utilizan reportan mayores índices de pérdidas, algunas de las cuales se deben a errores genuinos del usuario, mientras que otras son robos deliberados.
La magnitud del robo no detectado
Si bien los datos policiales sugieren una disminución en las denuncias de hurtos en tiendas, los expertos del sector coinciden en que esto es engañoso. Según estimaciones de EHI, hasta el 98 % de los hurtos en tiendas pasan desapercibidos. Esto se traduce en la asombrosa cifra de 24.5 millones de casos al año, con unas pérdidas medias de 120 € cada uno. Como resultado, las discrepancias en el inventario a menudo solo se detectan durante las auditorías anuales.
La baja tasa de detección, sumada a los recursos limitados de las fuerzas del orden y la aparente inutilidad de presentar denuncias, ha llevado a muchos minoristas a dejar de denunciar robos menores por completo. Incluso cuando se denuncian los casos, tres cuartas partes se desestiman debido a su bajo valor o la falta de pruebas.
Los minoristas piden reformas legales
La creciente frustración entre los minoristas ha generado crecientes demandas de una acción política más contundente. Stefan Genth, director general de la Asociación Alemana de Minoristas (HDE), ha criticado la actual gestión legal y judicial del robo, argumentando que el sistema no logra procesar eficazmente a los infractores ni disuadir la reincidencia. La asociación impulsa reformas judiciales destinadas a aumentar las penas, especialmente para los reincidentes y las redes de delincuencia organizada.
HDE cree que la inacción legislativa ha contribuido a que Alemania se vuelva cada vez más atractiva para los ladrones de tiendas, especialmente cuando la mayoría de los infractores primerizos salen airosos sin consecuencias graves. Si bien la legislación alemana contempla penas de hasta cinco años por hurto en tiendas, estas rara vez se aplican.
Un debate sobre los motivos y la justicia
El aumento de los hurtos en tiendas ha reavivado el debate entre los criminólogos. Si bien el EHI atribuye dos tercios de los robos a comportamientos oportunistas, los sociólogos argumentan que muchos son impulsados por la necesidad. La criminóloga de la Universidad de Colonia, Nicole Bögelein, describe la mayoría de los casos como "delitos de pobreza", perpetrados por personas con dificultades económicas. Su investigación sugiere que las personas más pobres son el objetivo desproporcionado de la seguridad de las tiendas, y muchos de los capturados están desempleados o tienen bajos ingresos.
Aun así, no todos están de acuerdo con la narrativa de la pobreza. Horst cree que, si bien la presión económica puede influir, no todos los ladrones de tiendas son indigentes. Sugiere que, para algunos, el robo puede incluso servir como forma de protesta contra el aumento de precios. Independientemente del motivo, el daño financiero persiste, y son los clientes, los contribuyentes y las empresas quienes, en última instancia, pagan la factura.
Aumento de los costos sociales
Además de las pérdidas directas en el comercio minorista, el estado también pierde aproximadamente 570 millones de euros anuales en impuestos sobre las ventas no pagados por artículos robados. Al sumar el coste de las inversiones en seguridad, la carga económica total derivada del hurto en tiendas asciende a unos 7.3 millones de euros anuales.
Los empleados de tiendas minoristas también se enfrentan a riesgos cada vez mayores. Según el EHI, las agresiones verbales y físicas por parte de ladrones están aumentando, y uno de cada cuatro minoristas ha incrementado su gasto en protección de empleados y capacitación para la desescalada. Empresas como la cadena de farmacias dm están invirtiendo fuertemente en desarrollo de personal y nuevas tecnologías para proteger al personal y la mercancía.
Perspectiva del futuro
A pesar de la magnitud del problema, los expertos siguen divididos sobre el camino a seguir. Los minoristas exigen reformas legislativas, sanciones más severas y un mayor apoyo de las fuerzas del orden. Sin embargo, los criminólogos advierten que penalizar los delitos menores cometidos por la pobreza podría no reducir el robo y, en cambio, podría saturar el sistema judicial.
Aunque las causas siguen siendo complejas, un hecho es claro: el sector minorista alemán está soportando el peso de una crisis creciente, cuyas consecuencias se extienden mucho más allá de los pasillos de cualquier tienda.